Rosario Flores y Antonio Carmona se consideran «casi primos». Un parentesco con cierto sustento real, pero sobre todo, espiritual: los dos crecieron en dinastías del flamenco. Ella cantante, compositora y actriz, Rosario ha creado un estilo propio en el mundo de la música con esa fusión tan personal entre pop, blues, rumba, soul, gipsy funk y bossa nova, mezclada con una esencia latina y flamenca muy suya. Antonio Carmona, cantante flamenco, es uno de los mejores representantes del nuevo flamenco, estilo que ha desarrollado sobre todo dentro de las filas del grupo Ketama. Sin embargo, antes de llegar a este mestizaje, era ya un profundo conocedor del flamenco puro, debido a su origen; es bisnieto de Habichuela el Viejo, nieto de José Carmona, hijo del guitarrista flamenco Juan Habichuela y sobrino del también guitarrista Pepe Habichuela. Los dos artistas prepararon un espectáculo de más de dos horas, y se marcaron el objetivo de hacer algo nunca visto, diferente, con asombrosas puestas en escena. Carmona con su música y su percusión y Flores incorporando su baile a sus interpretaciones.
Un show en el que el público escuchó los mejores temas de Ketama y el debut en solitario de Antonio Carmona, “Vengo venenoso”, así como los éxitos que Rosario ha cosechado en el último cuarto de siglo, sin olvidarse de su nuevo disco “Parte de mi”, en el que la artista recoge su visión personal de once de las canciones que le han marcado en su vida. Y con un invitado de lujo como Diego Torres, fueron ingredientes mas que suficientes para darles a este concierto un toque mágico y especial, mucha emoción, nostalgia y alegría hecha canción. Una puesta que debía satisfacer tanto las actuaciones individuales como las conjuntas y acompañar con estilo a estos dos pura sangre del flamenco español.