Rosana revolucionó el mercado de la música española de finales de los 90. Con un primer disco donde apenas se le veía el rostro, su guitarra y un puñado de canciones íntimas, sus mensajes y melodías fueron tan directos a los sentidos que se comió, literalmente, el mercado. Aquel año 1996, Lunas rotas se convirtió en la entrada más fuerte de un artista nuevo en las listas de ventas en España, con El talismán como estandarte. A partir de ahí arrancó una carrera marcada por los 7 discos que ha editado, de los que ha vendido 10 millones de copias en los casi 30 países que han salido a la luz.
En la última década se vienen produciendo importantes cambios en el sector de los conciertos en vivo, sobre todo en el campo de la imagen. Últimamente podemos ver potentes shows multimedia.
Rosana y su productora contaban con esto para su propuesta “Magia 2006”. Luego de darme las pautas generales y los elementos puntuales para algunos momentos precisos, me dieron libertad creativa para trabajar.
Al comienzo sus canciones me inspiraban una puesta tranquila y muy climática, pero en seguida Rosana me pidió movimiento y color, ya que su gira de verano prometía ser una verdadera fiesta, y prefería el otro concepto para la gira de invierno, mas teatral.
En la PRE-producción, programé diferentes imágenes y movimientos acordes a los ritmos de las canciones del amplio repertorio que van de la balada al rock, pasando por la rumba entre otros, que caracteriza ese estilo personal de Rosana.
Pantallas de led, proyecciones, efectos de agua y burbujas, son algunos de los elementos utilizados para que este directo sea un potente espectáculo audiovisual. Pero lo que realmente le ha dado la Magia, ha sido esa comunicación y entrega entre la artista y su público.